Mis 10 grandes errores como periodista


Aunque no he desconectado completamente, ya que mi trabajo actual sigue estando muy relacionado con la comunicación, la creación de contenido y las redes sociales, sí es cierto que desde el mes de marzo estoy alejado de la primera línea de los medios de comunicación. Durante estos meses no he dejado de pensar en qué falló, qué fue lo que hizo que aquella ilusión inicial por contar la realidad se apagara poco a poco. Y no, no voy a echar balones fuera y hablar únicamente de otros como culpables o atribuir todo al momento que vive la profesión y la sociedad, sé que el máximo responsable soy yo. Por ello y pensando en aquellos jóvenes que desean ser comunicadores, he elaborado esta lista de 10 errores de periodista que yo he cometido en algún momento para que no caigan en ellos.

Comenzar a trabajar cuanto antes y no formarme lo suficiente. Desde que entré en la facultad me obsesioné con empezar a colaborar o a trabajar para medios de comunicación. Estando en 2º de Periodismo comencé a trabajar en un diario provincial y desde entonces fui enlazando un trabajo con otro. Esto me hizo saltarme muchas clases, horas de estudio y una vez terminada la carrera, nunca me planteé seguir formándome, ni cursos de especialización, ni idiomas... Aunque es verdad que a ser periodista principalmente se aprende trabajando como periodista, mientras más formación más posibilidad existe de acceder a un mejor puesto y ascender. En mi caso, esta carencia me hizo imposible dejar de ser el "periodista de provincias".

Entrar en disputas estúpidas con compañeros de otros medios. Todos los periodistas somos compañeros, aunque estemos en medios que supongan una competencia. Para pelearse por temas publicitarios o de audiencias deben estar los directivos, pero hubo algún momento en que yo también me metí en estas disputas, el tiempo me ha hecho ver que la colaboración entre medios debe existir y no merece la pena enemistarse con alguien con quien compartes el día a día. 

No contrastar lo suficiente una información por sacar la noticia lo antes posible. En el periodismo corremos mucho, tecleamos rápido y pulsamos demasiado deprisa la tecla de publicar. Sobre todo con las redes sociales, se ha sobrevalorado sacar la noticia antes que nadie o poner el primer tuit, pero todo lo que se publica debe estar contrastado y esto a veces no se cumple.

No revisar suficientemente los textos. Este error de periodista va en la línea del punto anterior, siempre hay que revisar los textos y todo lo que publicamos para no cometer errores, aunque a veces las prisas. Asimismo, en determinados medios, se deben publicar noticias en cantidad y lo primero que se relaja es la revisión, cuando es tan importante como la redacción en sí.

No decir no. Asumir más trabajo del que podía. No se puede estar en todos lados al mismo tiempo ni se pueden asumir trabajos en exceso, al final ocurre lo que ocurre, quieres hacer tanto que no haces bien nada. El periodismo tiene un problema de base y es que las remuneraciones son muy bajas, esto hace que haya que trabajar para varios medios al mismo tiempo, poner límite a esto es complicado.

No valorar suficientemente mi trabajo. Hacer un programa de radio de una hora no es una hora de trabajo, conlleva muchas horas más en la preparación, lo mismo ocurre con una página de periódico o un minuto de televisión. Además, existe un valor superior, el de contar la realidad a la ciudadanía haciendo que la entienda un público general. No podemos entender un trabajo periodístico como un trabajo más que se pueda tomar a la ligera, tiene mucha más repercusión.

Querer hacer de todo sin especializarme. Típico erro de periodista. Siempre he dicho que mi especialidad era el deporte y que hacía periodismo deportivo, pero no he dejado de hacer todo tipo de información. Sé que en el periodismo local la especialización no existe, pero es imposible saber escribir una crónica deportiva de nivel y realizar una entrevista científica en profundidad.

No descansar. Durante la semana hacía programas de radio, los fines de semana cubría partidos, grababa vídeos, cubría fiestas de pueblo para un periódico, creo que durante 15 años de periodismo son muchas más las semanas sin un descanso que las que han tenido algún día libre. Esto al final el cuerpo y la mente lo acusan.

No reivindicar los derechos y libertades de la profesión. Y pese a todo (bajos salarios, falta de descanso, sin posibilidad de especialización, sin que se valore el trabajo) no existe una unión en el sector para reivindicar derechos y libertades, políticos y directivos que no saben de periodismo están al frente y el periodista es el último eslabón de la cadena que no se mueve porque teme represalias y, sobre todo, porque no debe dejar de trabajar si quiere llegar a final de mes.

No agradecer lo suficiente a determinadas personas que me enseñaron o me ayudaron. Viviendo al ritmo periodístico es difícil pararse a pensar, a mirar en lo que ha ocurrido y es ahora cuando me doy cuenta de aquellas personas que han estado a mi lado. Desde las compañeras que me echaron un cable en la facultad pasándome apuntes, a aquellos otros periodistas que me han cedido una fotografía o un corte de audio cuando se los he pedido, a otros que me enseñaron a redactar o a locutar, a los tertulianos y colaboradores que me han ayudado sin nada a cambio o a los familiares que me prestaron dinero cuando la experiencia con un medio de comunicación propio me arruinó. Si estás entre ellos, te doy las gracias con sinceridad.

Todo esto solo me puede llevar a mirar a los periodistas que siguen en la brecha hoy en día, esos jornaleros de la noticia que están al pie en cada escenario de suceso, en cada rueda de prensa, en las redacciones, en los estudios y platós, a aquellos que están cerca o lejos, a los de ayer, hoy y mañana, vuestro trabajo es muy meritorio, hacéis una gran labor para la sociedad y siempre os seguiré, aquí tendréis siempre un compañero.

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