Hacer nada
Hoy te esperaré entre
la meditación y calma
con que me obsequia
mi esponjosa trinchera.
Descubrí que esta batalla
no la ganaré invirtiendo
mis dotes de estratega.
Ni escribiendo,
ni pensándote en grande
ni llamándote a solas.
No es cuestión de correr,
ni de perseguirte a oscuras,
aunque me llame tu aroma.
Ni de memorizar
mi inventario de poemas
donde te pensé mil veces
y te escribí mil y una.
No me haré más el fuerte
me quedaré al margen
en el confort de mi mismo
disfrutando.
Hoy te esperaré
porque ya lo hice todo
excepto hacer nada.
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